martes, mayo 22, 2007

TEATRO: UNA VISITA INESPERADA

Autora: Agatha Christie
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Grupo teatral: Txalo Teatroa
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Director: Gerardo Malla
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Intérpretes: Jaime Blanch, Cristina de Inza, César Dieguez, Karmele Aranburu, Vicente Gisbert, Carlos Viaga, Miguel Ángel Fernández, Fermín Sanlés, Charo Soriano
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Argumento: Una noche, un desconocido se adentra en una casa, en su intención de buscar ayuda pues, en medio de una espesísima niebla, su coche se ha quedado inutilizado.
Nada más entrar se topa con el cadáver de un hombre, con un tiro en la cabeza. De frente, se encuentra una atractiva mujer con una pistola en la mano.
La mujer, aterrorizada, le pide que llame a la policía, pero el hombre le propone ayudarle, para hacer ver a la policía que un intruso, que hace años perdió a su hijo a consecuencia del atropello de su hijo, por parte del asesinado, es el verdadero asesino.
Todo parece ir bien, pero el fallecido gozaba de la antipatía y odio de todos los habitantes de la casa: esposa, hermano menor, mayordomo, incluso su propia madre era consciente del lago negativo de su hijo, por lo que la lista de sospechosos aumenta al tener todos ellos, al menos, un motivo para matarle.
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Mi opinión: Entretenida obra teatral, adaptación de una de las novelas más exitosas y trabajadas de la gran e inmortal Agatha Christie.
Se ve sin problemas, aunque es bastante larga de duración y con una profusión de diálogos que bien pudiera parecer, en algún momento concreto, excesivo.
Esto sucede porque hay algún acto más largo de lo que sería deseable, que lastra un poquillo el ritmo impreso hasta entonces.
El comienzo, el primer acto, es francamente bueno, aquél donde se conocen el protagonista, "la visita inesperada", y la presunta asesina.
Se establece la actuación posterior, el entramado que se presentará al pie de la letra a la policía.
Se explicará la personalidad del fallecido y también datos fundamentales del resto de personajes.
Una vez que comienzan las pesquisas policiales, a pesar de que el humor a cargo del ayudante del inspector se agradece de veras, el ritmo, repito, decae un tanto, alargándose momentos que hubieran requerido una mayor vivacidad.
El final, un tanto raro, sorprendente, quizás, pero un tanto excéntrico.
Viéndolo, el espectador se da cuenta del poco rigor del argumento, pues no demasiado tiene sentido. Pero esto es algo que solía ocurrir en las novelas de Agatha Christie, donde lo principal no era el sentido común de lo acontecido, sino la forma en la que estaba expuesta, el entramado bien urdido de sus mimbres.Aquí se repite esta constante, aunque no sea para echar cohetes.

Sí sirve para hacer pasar un rato entretenido, para disfrutar del buen hacer de sus intérpretes (mención aparte para Cristina de Inza, acatarrada la pobre y tosiendo de vez en cuando, haciendo en todo momento un denodado esfuerzo para que su bonita voz no se quebrantara por completo, cosa que consiguió).
En cuanto a Jaime Blanch (en la foto), uno de mis favoritos de todos los tiempos desde los felices tiempos del viejo "Estudio Uno", impecable como siempre.
Al final, el público aplaudió con, yo diría, excesivo entusiasmo, pero es comprensible pues el trabajo demostrado por todo el equipo teatral (excelente iluminación y dirección artística), fue evidente.
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P.D.: Por cierto, Dña. Charo Soriano, y pongo lo de Doña, simplemente por el sincero respeto que me merece desde siempre, al salir a recibir los aplausos del público no abandonó la silla de ruedas en la que excelentemente interpreteta su papel.
Esto me hace pensar que de verdad la necesita, cosa que desconocía por completo y me entristece. No sé si será algo temporal o no. Si lo es, mi deseo de una pronta recuperación.

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